
Cork aúna dos corrientes distintas: por un lado es una ciudad cosmopolita, abierta de miras y moderna, y por otro es una típica ciudad irlandesa con su característica arquitectura y los parajes verdes de los alrededores.
Aunque sea la segunda ciudad más poblada de Irlanda, no dejarás de pensar que estás en un pueblo. Las cosas en Cork van a su propio ritmo, y la gente es acogedora, sencilla y muy orgullosa de su lugar de nacimiento. ¡No es para menos!
Además de todo esto, es un centro cultural muy importante, donde se producen varios festivales de jazz, poesía y cine. ¡Ideal para culturetas!